sábado, 9 de febrero de 2013


Reflexión

 La evaluación debe ser una oportunidad para crecer como persona y para aprender en la vida.
La evaluación negativa marca por siempre al estudiante y tienden a causar deserción escolar ya que para algunos estudiantes le cuesta mucho todo el proceso de aprendizaje.
Los maestros que aun utilizan este formato de evaluación son sistémicos y no son permisivos y abiertos a la hora de evaluar. Para otros estudiantes el aprendizaje es aun más importante que una simple nota, pero muchas veces ese aprendizaje se ve atrofiado al no ser valorado como tal.
Hoy día el termino evaluación es para mucho un temor ya que en el sistema de evaluar solo se ven los errores como algo que se ha hecho mal y no como un aprendizaje. De los errores se aprende.
 En el sistema de evaluación de nuestras escuelas se utiliza la competencia o cuadro de honor, ósea el que tenga la nota más alta. Esto no es favorable para el estudiante, porque puede ser un indicador de frustración, para que todo el sistema evaluativo sea de un aprendizaje significativo para el estudiante es mejor pensar y ponerlo en práctica que cada individuo tiene una forma de aprender diferente, una procedencia, una comunidad, una familia y que esa parte humana muchas veces es más importante que una evaluación o etiqueta.
Nos hace falta maestros con vocación, conciente y preocupado por un mejor futuro con mira a un aprendizaje productivo y eficaz para la vida.